jueves, 25 de noviembre de 2010

Cuidar a los Ancianos — ¿Quiénes son ellos?
Cuidar a los ancianos es un tema importante que está enfrentando la generación de los “baby boomers” (niños nacidos luego de la II Guerra Mundial), que aproximadamente bordean los 45 a 65 años de edad. Las estadísticas actuales sugieren que mucha de la fuerza laboral actual, vivirá más allá de los límites esperados en el pasado. La Agencia y Foro Federal de Estadísticas1 proyecta que más de veinte millones de ancianos mayores a los ochenta y cinco años de edad, poblarán los Estados Unidos en el año 2050. Esto representa un incremento de casi diecisiete millones de ancianos, comparado con los tres millones que vivían en el 2000. A principios de 1900, menos de cinco millones de norteamericanos alcanzaban la edad de 65 años. Para el 2005, casi cuarenta millones de hombres y mujeres, están bordeando la edad de 65 y más.

Cuidar a los Ancianos — ¿Qué Involucra?
Cuidar a los ancianos es multifacético y a menudo emocionalmente difícil para los que se ocupan de ellos. Requiere que se dé libremente perdón y que se traten las viejas heridas. La persona que cuida (a menudo un hijo o hija), debe ser capaz de “superar” los obstáculos emocionales y ser capaz de proveer cuidado de calidad para el padre que envejece. 

lunes, 15 de noviembre de 2010

El baloncesto no tiene edad

Pases, ‘dribles’, tiros a canasta… ya está aquí la segunda edición del programa de envejecimiento activo ‘El baloncesto no tiene edad’, iniciativa promovida por la Consejería de Familia y Asuntos sociales de la Comunidad de Madrid nueva ventana. El programa está basado en elbaloncesto adaptado y persigue  la creación de hábitos saludables en las personas mayores, buscando prevenir situaciones de dependencia.
“Hay que tener en cuenta que, según apuntan los estudios de medicina, el sedentarismo es la causa del 70% de los problemas de salud durante la vejez. Por eso, la actividad física adquiere mayor relevancia a medida que vamos cumpliendo mas años”, apuntó la consejera.


Para poder acceder al programa, los aspirantes pasan en primer lugar por un reconocimiento médico y, si no tienen problemas que les impidan realizar este deporte, se pueden iniciar en el mundo del baloncesto de la mano de expertos como Fernando Romay y entrenadores titulados.


El programa se integra dentro de la iniciativa de envejecimiento activo de la Comunidad de Madrid, entre las que encontramos otras actividades para mayores de la Comunidad como la ‘Universidad para Mayores’, ‘las Rutas Culturales’ o ‘Mayores de Cine’.

Viajar con las personas mayores

Ir de viaje con nuestras personas mayores es cada vez más común. el objetivo es disfrutar -con toda la familia- de un destino que nos puede ofrecer una oferta interesante para las diferentes franjas de edad de nuestro grupo de viajeros.  sin embargo, en el caso de hacer un viaje con personas mayores, hay que tener en cuenta algunas consideraciones importantes a la hora de viajaren familia, ya que debemos conocer algunos aspectos básicos para realizar la elección del destino, y que la experiencia sea grata para todos.


Al viajar, uno de los criterios de elección más importantes para decidirse por un destino si hay adultos mayores en el viaje es la temperatura, pues las personas mayores no soportan igual que los jóvenes los golpes del calor y los casos de frío extremo. Así, será importante elegir un país o ciudad que disponga de temperaturas moderadas para hacer la visita agradable.
Sin embargo, y teniendo en cuenta que los países del trópico son muy atractivos, siempre hay que tener en cuenta la protección contra la agresividad del sol mediante el uso de lentes oscuros, cremas y procurar siempre una correcta hidratación. Otra consideración capital son los riesgos y condiciones sanitarias con las que cuenta el país o ciudad que se visita. Hay que tener en cuenta cuales son las enfermedades que se pueden adquirir en el país (y saber qué tipo de precauciones se han de tomar, si hace falta alguna vacuna específica, etc.) para lo que se recomienda dirigirse  alos centros de salud para que nos den la información pertinente. Es también importante tener en cuenta la situación y funcionalidad del sistema sanitario interno del país o ciudad de destino, para prevenir imprevistos.
El medio de transporte en el que se viaja y la duración de los trayectos son dos aspectos muy importantes también. Para las personas mayores, los largos recorridos en avión no son demasiado recomendables. No obstante, e independientemente del medio en que se desplace, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los desplazamientos de más de 4 horas pueden provocar trombosis (especialmente en las piernas) y embolias pulmonares en personas de edad avanzada que no tomen medidas preventivas adecuadas: usar ropa cómoda, hacer estiramientos antes y después del viaje, estimular la circulación flexionando las extremidades, procurar ir cambiando de postura y caminar siempre que se pueda para ir al lavabo. Otro aspecto es el grado de accesibilidad con que cuenta el país. Desde los establecimientos donde nos alojaremos, hasta los puntos turísticos que pensamos visitar, es importante conocer las facilidades que tienen para que puedan acceder las personas mayores. Finalmente, sólo nos faltará elegir el destino en función de los gustos y preferencias de los viajeros.
¡Buen viaje!

Cómo tratar a los ancianos. Respeto, atención, cariño e integración en la vida de cada día


Se nos decía que nos convertimos en adultos sólo cuando nos quedamos sin padres, cuando perdemos su referencia y debemos buscarnos un espacio independiente en el mundo.

El problema que para las familias suponen las personas de edad avanzada se plantea incluso en lo más elemental: no sabemos ni cómo referirnos a ellas. Tercera edad, personas mayores, viejos, abuelos, ancianos...
En el fondo, este problema de denominación manifiesta la incertidumbre que padecemos ante los grupos socialmente menos favorecidos, o marginados de la vida cotidiana. ¿Dónde los colocamos? ¿Cómo los valoramos? ¿Cómo los tratamos? ¿Qué hacer para que no se automarginen, para que intervengan en el devenir de la sociedad? Un matiz importante: este desconcierto ante el fenómeno de la vejez lo muestran las familias y las generaciones más jóvenes, pero también las propias personas de edad avanzada.

¿Qué hacer para integrar a los ancianos en la vida cotidiana?


En primer lugar, trasmitir a la sociedad en su conjunto las necesidades de los viejos, qué piensan, cómo se sienten. Todos deberíamos saber que es una situación que nos va a llegar, no podemos seguir mirando a otro lado, y negarnos a nosotros mismos que nos acercamos, o que ya hemos llegado a la Tercera Edad.
Es difícil, porque los intereses de mercado han instalado el mito de la juventud y han dictado que esa fase de nuestra vida, efímera por definición, debe perdurar indefinidamente. Cada arruga es una herida que debemos ocultar, en lugar de la feliz constatación de que seguimos viviendo, disfrutando de nuestro crecimiento personal y de otros placeres anteriormente desconocidos o insuficientemente valorados.

Integrar a los mayores


En octubre de 1.999 se inauguró la conmemoración del Año de las Naciones Unidas de las Personas Mayores, bajo el lema "Una sociedad para todas las edades". 
Se trabajó para que se partiese de una sociedad con un "diseño para todos"; crear y producir pensando en todas las personas y tener en cuenta las necesidades o dificultades específicas de todas aquellos que no cuentan con toda la capacidad, autonomía o habilidad física, psíquica o sensorial que se suponen habituales. Un diseño que debiera generalizarse en todos los ámbitos de la vida cotidiana, pública y privada.
Pero este "diseño para todos" deberá ser, ante todo, una filosofía basada en la igualdad de derechos de todas las personas. Ha de incluir además una consulta previa a los posibles usuarios, ya que son éstos quienes están en mejores condiciones de señalar sus necesidades y las dificultades y limitaciones con las que se encuentran.
Respeto, atención y cariño son los tres principios básicos en la relación con nuestros mayores. Respeto a su momento psicofísico, a su ritmo propio, a sus valores y concepciones, a sus comportamientos, a sus deseos y querencias, a su propia organización de la vida.